Scrum es una metodología ágil que se utiliza para gestionar proyectos complejos y dinámicos, especialmente en el ámbito del desarrollo de software. Scrum se basa en la colaboración, la adaptación y la entrega continua de valor al cliente.
Las 5 fases de Scrum son:
- Inicio del proyecto: se define la visión, el alcance y los objetivos del proyecto, se identifican los roles y responsabilidades de los participantes, se forma el equipo Scrum y se crea el backlog del producto, que es una lista priorizada de las funcionalidades o requisitos que se quieren desarrollar.
- Planificación del sprint: se seleccionan las tareas o historias de usuario que se van a realizar en el siguiente sprint, que es un ciclo de trabajo corto y fijo (normalmente de una o dos semanas). Se estiman el tiempo y los recursos necesarios para cada tarea y se crea el backlog del sprint, que es una lista ordenada de las tareas a realizar.
- Desarrollo del sprint: el equipo Scrum trabaja de forma autónoma y colaborativa para completar las tareas del backlog del sprint, siguiendo los principios y valores de Scrum. Se realizan reuniones diarias o stand-ups para sincronizar el trabajo, resolver problemas y reportar el avance. Se crea un entregable potencialmente funcional y listo para ser probado por el cliente al final del sprint.
- Revisión del sprint: se presenta el entregable al cliente y a los stakeholders para obtener su feedback y validar si cumple con sus expectativas y necesidades. Se evalúa el valor generado por el entregable y se identifican posibles mejoras o cambios para el siguiente sprint.
- Retrospectiva del sprint: se realiza una sesión de reflexión interna con el equipo Scrum para analizar el proceso de trabajo, identificar las fortalezas y debilidades, y proponer acciones de mejora para el siguiente sprint.
Estas fases se repiten de forma iterativa e incremental hasta completar el proyecto o hasta que el cliente quede satisfecho con el producto final.